Cardona es una pintoresca ciudad, heredera de un importante pasado medieval, a 100 kilómetros de Barcelona. Los primeros asentamientos aquí se remontan al Neolítico. Durante muchos siglos, estos lugares estuvieron habitados por los íberos y, más tarde, por los romanos.

Por aquí pasaba la frontera entre el mundo cristiano y el musulmán. Por ello, era muy importante contar con una fortaleza fuerte. Así, con el tiempo, la Córdoba se convirtió en el puesto avanzado más protegido de Cataluña

Los dos principales lugares que visitar en Cardona son el castillo y las salinas. La fortaleza fue construida en 886 por orden de Guillermo I, pero algunos afirman que el castillo estaba aquí incluso antes. Combina los estilos románico y gótico. Actualmente alberga el Paradore, una cadena hotelera estatal fundada por el rey Alfonso XIII en 1928.

La habitación más famosa del hotel es la 712. En ella se oyen voces, se ven fantasmas y las cosas se mueven solas. Se dice que es el espíritu de Adelaida, la hija del comandante de la fortaleza. Su padre la encarceló en la torre porque la joven se enamoró de un musulmán. Aunque el chico se convirtió al cristianismo y se arrepintió, su padre no perdonó a la chica, que murió un año después.

Otro de los atractivos de Cardona son las salinas. Y es que hace millones de años esta región estaba bajo las aguas saladas del océano y, al secarse, comenzaron a formarse valles enteros de sal. En la Edad Media, Cardona se convirtió en el centro de producción de sal más importante de la Península Ibérica. Con los beneficios de esta sustancia se construyeron castillos, iglesias, calles empedradas, antiguas casas de artesanos y mansiones de los aristócratas locales.