Visitar Tarragona significa retroceder 2.000 años, asomarse al fondo de los siglos, a una ciudad donde se conservan antiguas ruinas romanas, un foro, un anfiteatro, y todo ello en barrios medievales, entre catedrales católicas y patios de monasterios.

En la ciudad se puede pasear mucho a pie o en bicicleta (Tarragona cuenta con 35 km de carril bici), practicar piragüismo, vela, windsurf, navegación. También puede ahorrar energía y explorar la ciudad en bicicletas eléctricas o segways. Aquí sí que hay algo que ver:

  • Catedral de Tarragona – se alza sobre una colina en el emplazamiento del centro histórico de la antigua acrópolis. Comenzó a construirse en 1171, pero no fue consagrada hasta 1331. La catedral se levanta sobre los restos de un edificio romano anterior, que comenzó a erigirse a principios del siglo d.C.
  • Anfiteatro romano – apareció en Tarragona en los siglos 1-2 d.C. y estaba situado cerca del Foro. El anfiteatro podía albergar hasta 15 mil espectadores. Estaba situado casi a orillas del mar, y aquí se celebraban luchas de gladiadores en el siglo II.
  • Abadía de Poblete – fue fundada como monasterio cisterciense (orden católica) en 1151. Se encuentra al pie de las montañas de Prades, a unos 50 km de Tarragona. El monasterio fue fundado por monjes franceses en las tierras conquistadas a los moros. El arquitecto jefe fue Arnaud Barges.
  • Acueducto de les Ferreres – también conocido como el Puente del Diablo. Fue construido por los romanos. El puente formaba parte de un antiguo acueducto destinado a abastecer de agua a la antigua ciudad de Tarraco (la actual Tarragona).
  • El monasterio cisterciense de Santa María de Santes Creus se fundó en 1158, cuando los señores Montagu y de Alba donaron el pueblo de Santes Creus a los monjes de Valdaura. La construcción de la iglesia comenzó en 1174 y finalizó en 1225.

Cómo llegar: en tren desde Barcelona – diríjase a la estación de Estació Sants, desde donde salen trenes hacia Tarragona cada 25 minutos. El viaje dura aproximadamente una hora y el precio del billete de ida es de 8 a 10 euros, dependiendo del tipo de tren.